La transición hacia la descarbonización se posiciona como uno de los mayores desafíos que enfrentan las empresas en México. Jorge López Azuara, director de Calidad y Sustentabilidad en Grupak, destacó durante una entrevista la importancia de medir la huella de carbono como un paso inicial hacia la sostenibilidad, aunque señaló que el acceso a energías limpias sigue siendo limitado debido a restricciones legislativas y normativas. 

López Azuara explicó que al medir las emisiones de alcance 2, derivadas del consumo energético, las empresas enfrentan el reto de depender de fuentes como plantas de carbón, aún presentes en México. Aunque algunas compañías han adoptado sistemas de cogeneración eficiente que reducen emisiones, siguen utilizando combustibles fósiles debido a la falta de alternativas limpias a gran escala. De acuerdo con el directivo, más del 70% de la energía en el país proviene de fuentes fósiles, lo que frena los avances hacia una transición energética.

Además, subrayó que las capacidades para implementar energías renovables, como la solar o la eólica, están limitadas por restricciones legales que dificultan inversiones en infraestructuras de mayor escala. “El desafío más grande es lograr acceso a energías limpias en mayor proporción. Hay zonas en México con potencial para proyectos eólicos o granjas solares, pero la capacidad instalada es insuficiente debido a barreras regulatorias”, comentó López Azuara.

Tendencias globales

A nivel global, López Azuara señaló que los combustibles limpios se perfilan como una prioridad para los próximos años. Tomando como ejemplo a Europa, destacó cómo el conflicto entre Rusia y Ucrania impulsó el desarrollo de tecnologías para la generación de biogás y biocombustibles. En este contexto, mencionó la creciente relevancia del hidrógeno verde, aunque advirtió sobre los retos asociados a su producción, como la necesidad de grandes cantidades de agua.

El directivo también destacó el papel de la reutilización de materiales y el reciclaje como ejes fundamentales de las estrategias de sustentabilidad. En el caso del plástico, anticipó una revolución significativa en la industria, con un enfoque en la eliminación de materiales difíciles de reutilizar. Asimismo, mencionó el resurgimiento del vidrio como material prioritario en el sector de empaques, impulsado por su durabilidad y capacidad de reciclaje.

“Hoy vemos tendencias como la recuperación de componentes electrónicos o incluso campañas para reutilizar ropa, algo que empresas de renombre ya han implementado. La reducción del consumismo y el enfoque en reciclar y reutilizar marcarán los próximos cinco a diez años”, indicó López Azuara.

Medición del impacto ambiental y social

Para medir y demostrar el impacto positivo de las estrategias de sustentabilidad, López Azuara mencionó metodologías como los Objetivos Basados en Ciencia (SBT, por sus siglas en inglés), que permiten a las empresas establecer metas alineadas con la reducción de emisiones y el límite del calentamiento global a 1.5 °C. Estas metodologías implican inversiones en tecnología para optimizar operaciones y minimizar impactos.

En cuanto al consumo energético, enfatizó la importancia de implementar estrategias de eficiencia y el uso de energías renovables. Por ejemplo, las empresas pueden instalar paneles solares para reducir su dependencia de fuentes no renovables. También resaltó el papel crítico del agua en la sostenibilidad empresarial, especialmente en México, donde se están impulsando cambios en la Ley Federal de Aguas Nacionales. Además de los aspectos ambientales, López Azuara destacó la importancia del impacto social de las empresas.

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