Hay dos características que definen el mundo laboral actual: está en constante cambio y exige soluciones rápidas. Se habla mucho del futuro del trabajo, pero este comienza con la formación del talento, ¿por qué las carreras técnicas son una opción en ese contexto?
El Banco Mundial asegura que el desarrollo de capital humano calificado es una función fundamental de los sistemas de educación superior; sin embargo, la pregunta es si están preparados para afrontar los desafíos en este contexto actual.
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El estudio “La vía rápida hacia nuevas competencias. Programas cortos de educación superior en América Latina y el Caribe”, el organismo económico internacional sostiene que los programas de ciclo corto, un tipo de formación de educación superior, son especialmente adecuados para superar los retos.
Los autores refieren que estos programas han pasado relativamente desapercibidos para investigadores y autoridades responsables del diseño de las políticas, no obstante, tienen un claro enfoque en los mercados laborales y en ayudar a los estudiantes a conseguir empleo.
Además, agregan, una de sus principales ventajas es que desarrollan capital humano calificado en solo dos o tres años.
Y es que un estudio previo del organismo, “Momento decisivo: la educación superior en América Latina y el Caribe”, estableció que la educación superior se enfrentaba a un momento decisivo porque el modelo imperante no estaba logrando lo que la región necesitaba: una educación con capacidad para promover el crecimiento, la innovación y la inclusión.
Ante el desafío de la creación de un capital humano con las habilidades necesarias para los empleos del futuro, los programas cortos de educación superior son clave.
El estigma que cargan las carreras técnicas profesionales
Los autores del estudio del Banco Mundial establecen que en términos generales las carreras técnicas permiten que las personas mejoren sus habilidades para desempeñar una ocupación similar, es decir, es una formación complementaria; por otra parte, pueden adquirir nuevas habilidades para una ocupación diferente, o una readaptación profesional.
El obstáculo para aprovechar las ventajas de los programas cortos es que tienen el estigma de ser el tipo de educación superior menos importante.
Pero los autores reviran esta impresión asegurando, que, si están bien diseñadas, las carreras técnicas profesionales tienen el potencial de convertirse en una herramienta fundamental para el desarrollo de la fuerza de trabajo en el nuevo mundo laboral.
“Donde es posible que las personas puedan cambiar de ocupación, y tal vez de profesión, varias veces a lo largo de su vida, y donde la formación debe ser rápida, eficiente y estar estrechamente relacionada con el mercado laboral”.
Pero esto sólo será posible, dice el informe, en la medida en que las carreras técnicas profesionales ofrezcan una formación de alta calidad y responder de forma flexible a las necesidades del mercado.
Buen panorama en el mercado laboral
El estudio además realizó un esfuerzo para esbozar los resultados de los estudiantes de carreras técnicas profesionales en el mercado laboral, advierte que los indicadores positivos pueden deberse no sólo a los propios programas, sino también a las características y esfuerzo de los mismos estudiantes.
Así, en promedio, los graduados de un programa corto ganan 60% más que los que sólo tienen secundaria, y 25% más que los desertores de programas universitarios.
También indicó que algunas carreras técnicas ofrecen retornos superiores que muchos programas universitarios. Un dato que aquí en México también ha resaltado el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) a través de su plataforma Compara Carreras.
“Por tanto, parte del estigma de los programas cortos de educación podría deberse a la falta de información que reciben los estudiantes sobre su rentabilidad”, dice el Banco Mundial.
La demanda de graduados de carreras técnicas profesionales y de programas universitarios están en los sectores de gestión, empresas, finanzas e informática, así como ingeniería y ciencias.
Esto, de acuerdo con los autores, indica que hay mercados laborales segmentados en los que, por ejemplo, una especialista en computación y un especialista en mantenimiento de redes desempeñan tareas diferentes en función de sus distintas habilidades.
“No obstante, también podría indicar que, en un momento de elevado desempleo, la estructura jerárquica de puestos podría desvirtuarse: una especialista en computación, por ejemplo, podría ser asignada al mantenimiento de redes”, refiere el estudio.
El estudio dice que, aunque las carreras técnicas profesionales son prometedoras, también tienen ciertas deficiencias, y en gran medida están relacionadas con las políticas de los gobiernos.
Recomienda que, en lugar de relegarlas, las autoridades responsables del diseño de las políticas aborden las deficiencias que explican las flaquezas de los programas cortos y creen un entorno en el que las instituciones ofrezcan buenos programas, los estudiantes elijan con conocimiento de causa y se satisfagan las necesidades de las personas, empresas y la economía.
“En este momento crítico, dada la urgente necesidad de habilidades que manifiesta la región, desarrollar el potencial de los programas cortos surge como una cuestión política fundamental”, advierte.
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