Kuranosuke Kato maneja despreocupado su triciclo por las calles de Ichinono. Es el primer niño nacido en dos décadas en este pueblo japonés, repleto de marionetas de tamaño real para intentar compensar la sensación de vacío.
Kuranosuke Kato maneja despreocupado su triciclo por las calles de Ichinono. Es el primer niño nacido en dos décadas en este pueblo japonés, repleto de marionetas de tamaño real para intentar compensar la sensación de vacío.