Alemania se quiere reenganchar al optimismo económico, pero no está siendo fácil. En el primer semestre del año ha crecido la sensación en la hasta ahora locomotora económica europea de que ya ha pasado lo peor y de que la recuperación está en el horizonte más cercano. Sin embargo, los datos entrantes modulan cada vez más la óptica del optimismo al realismo. Y es que, en el mejor de los casos, lo que viene por delante es una recuperación tan anémica que costará diferenciarla del estancamiento. Un vaivén que algunos economistas comparan con el comienzo de la Eurocopa de fútbol que está teniendo la selección alemana, anfitriona del torneo: tres partidos hasta la fecha en los que ha ido de más a menos.